Nuestro invernadero.

15May17

Un día hace algunos meses, conversando con mi chica, nos convencimos que nunca podríamos cultivar las verduras que queríamos porque el clima nos jodía siempre, si no era por el frío y la helada, era porque el verano es muy corto. Además con el agravante que la tierra esta tan lejos, alla abajo, en el piso y para llegar hay que agacharse.

Por supuesto también nos preguntamos  para qué carajo queríamos cultivar si la verdulería está a solo unas cuadras y dos veces por semana viene el camión con productos de estación de todo tipo.

Además todos los supermercados están provistos de muchos vegetales, pero…

Tampoco nos conformabamos todos los años con comprar plantines de flores, a alto precio, y que duran lo que un gas en una canasta. Supongo que cultivados por nosotros los vamos a ver mucho mas lindos y seguramente mucho mas baratos.

O sea que por esas razones o porque nos sobra el tiempo, o porque sí, decidimos comenzar con la aventura de hacer nuestro propio invernadero, con la mayor cantidad de madera de descarte, reciclada,  y sin la ayuda de nadie. Joder.

Teníamos que hacerlo solos, aunque nos llevara mucho tiempo. Todos los viejos somos cabezaduras y contratando gente lo hace cualquiera, verdad?

Y además, debería estar terminado antes que comenzara el Otoño y las lluvias.

El material sería básicamente madera descartada por un aserradero amigo, pero que había que trabajarla bastante para poder utilizarla. La puerta sería corrediza para que siempre se pueda abrir y cerrar, y no como en la mayoría de los invernáculos, que hay que pelearse con ella para entrar o salir porque siempre arrastra por el piso.

El nylon de cobertura con filtro UV, de 150 micrones como dicen los que saben.

Hubo que comprar un poco de madera, clavos y tornillos pero no afectó mucho el presupuesto calculado inicialmente.

También nos pusimos de acuerdo que sólo trabajaríamos cuando tuviésemos ganas, no fuera que dejásemos un poco o mucha salud en esta historia.

Una vez elegido el lugar, que es una parte baja del terreno y tiene buen sol todo el año, comenzamos por nivelarlo. Un laburo que me prometí no hacer nunca más en la vida, porque evidentemente no nací para el pico y la pala, son dos elementos insalubres y que provocan en mí daños psicológicos y físicos irreversibles .

El tamaño, naturalmente de acuerdo al lugar elegido sería de unos 4 mts x 3,75 mts.

Primero pusimos unos postes pero descubrimos que a poca profundidad, pasa una vertiente, (agua)  y los palos iban a durar lo mismo que los plantines de flores de estación.

 

Postes que fueron descartados

O sea que hubo que pensar en algo que no fuese tan vulnerable a la humedad y de bajo costo, y esta fue la solución.

 

Ladrillón hueco cerámico , las columnas insertadas y luego pintadas con pintura asfáltica. Cada columna tiene una linga de hierro del 8 y hormigón hasta unos 50 cm de profundidad. No vaya a ser que se vuele todo en un ventarrón patagónico y haya que ir a buscarlo a la estepa.

Estoy seguro que con este sistema  el invernáculo me va a sobrevivir.

Comenzó con mucho esfuerzo a tomar forma, siendo esta la parte mas complicada por el tema de niveles, plomadas y todas esas cosas que no quiero volver a utilizar nunca más, y un esfuerzo físico que no estaba de acuerdo a nuestra edad, ni a nuestra voluntad, pero ya estábamos metidos en el entuerto y no queríamos aflojar.

 

Cumbrera colocada.  Llegó entonces el momento de poner los cabios para empezar a ver como tomaba forma el rancho.

 

 

Una bandurria venía periódicamente a revisar y fiscalizar la obra.

 

 

Detalle de refuerzos.

 

Marco para una de las ventanas.

 

Puerta colgante corrediza.

Y aquí llegó el momento de poner la cobertura, luego de agregar algunos refuerzos para que en la primera nevada no se caiga y se produzca un desastre.

Antes de seguir, nos tomamos unas pequeñas vacaciones de una semanita en Chile para festejar los primeros 47 años de casados. Digo los primeros ya que me tengo fe para otros, no digo 40, pero por lo menos 15 más.

Colocar el nylon es un asunto medio complicado para dos personas solas, pero con bastante paciencia y muchas ganas, se puede siempre que no haya viento.

 

 

Y por fin terminamos justo cuando llegó el Otoño

 

Como verán todo está a una altura adecuada para que no haya que agacharse, sobre mesadas. Siempre pensé que si la tierra estuviese a esa altura , sobrarían las lechugas y los repollos.

 

Obra terminada, aunque faltan algunos detalles. También tiene luz y agua para el riego. Ahora solo falta que aparte del perejil crezca algo más interesante, pero seguramente eso vendrá en la primavera.

 

El perejil viene fenómeno.

Y eso es todo por ahora. Si a alguien se le ocurre una idea como esta, que le meta para adelante, y no le afloje. A nosotros solo con verlo, a pesar del trabajo, ya nos causa bastante placer.



2 Responses to “Nuestro invernadero.”

  1. Hermoso. Es uno de nuestros sueños el tener un invernadero, y aunque llevamos poco de casados, creo que va a prosperar. Tomare alguna que otra idea

  2. Teniendo el lugar es cuestión de largarse y animarse. En internet hay mucha bibliografía sobre el tema. Suerte para que el sueño se tranforme en lechugas.


Deja un comentario