Un regalo muy particular.
Hace ya muchos años vino a la Argentina el cantante Dyango y después de actuar en el país comenzó una gira por otros países latinoamericanos.

Dyango
En esa oprtunidad le hacía el sonido Robertone, y el primer destino en el exterior era Bolivia, mas precisamente Santa Cruz de la Sierra.
Mientras corría el espectáculo, un pendex de no mas de 16 o 17 años, se acerca a Robertone y los invita a cenar después del espectáculo a su casa.
Insiste que les mandaría los remises correspondientes y que había preparado una cena para toda la troupe.
Incluía naturalmente a los «plomos» sonidistas, iluminadores, el artista y todos los que quisieran ir.
A falta de otro programa mejor decidieron arriesgarse.
Al terminar el Show se encotraron con tres remises esperándolos y los llevaron a una casa-mansión de las que hay en Santa Cruz para los que la tienen toda.
Cena de primera, vinos y champagne etc.etc.
Promediando la comida el anfitrión le dice a Robertone que tiene algo que mostrarle. Lo lleva a su sala de música y entre los mas sofisticados equipos de la época y colocado como en un altar, un Robertone valvular de la época del 60 (equipo que fabricaba Robertone), dominaba la escena como el bien mas preciado de este muchacho.
Al despedirse del pantagruélico banquete les informa que al día siguiente les enviaría nuevamente los remises para que los lleve al aeropuerto.
Efectivamente asi sucedió, y al despedirse, ya abordando el avión, el pendex le da a Robertone un paquete como presente.
Subidos al avión y ya en vuelo, todos instan a que se abra el regalo para ver cual era el presente.
Al desarmarlo encuentran un buen prensado «ladrillo» de yerba » non santa».
Que carajo hacían con ese peligroso paquete.
Dejarlo en el avión era para problemas, ya que un vuelo con músicos, y plomos era muy controlable.
Tratar de pasarlo era sinónimo de ir en cana, mas, en esa época.
Luego de un conciliábulo decidieron tirarlo por el inodoro del avión de a puchitos.
Fueron pasando uno a uno con el paquete y desarmaban un pedazo y otro y lo iban reduciendo.
El problema era que el vuelo se terminaba y el «ladrillo» no terminaba nunca de deshacerse.
El último cachito desapareció casi llegando a Buenos Aires, con el alivio de algunos y lagrimones de otros.
Imagínense Uds. llevarlo abajo el brazo sin saber que era. Te podías comer algunos años por narco.
Quizá a nadie se le ocurriría pensar de que se trataba , pero al llegar de Bolivia les revisaron desde los bafles a los dientes.
Que tenía el pendex en la cabeza, indudablemente caca, aunque supongo que estaría orgulloso del «regalo»
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Etiquetas: avión, dyango, ladrillo, musicos, regalo, robertone
Capaz quería que tengan quilombo en el aeropuerto así se quedaba en Argentina, nose
jajaja, y vos eras plomo o te lo contaron?
jajaja que hijo de puta, mas que nada seguro que vivia en una nube de pedo el pendejo
Neo:
No creo que fuese intencional. El pibe estaba en pedo.
Pol: No, yo no estaba. Lo que sucede es que Robertone es amigo desde el jardin de infantes y es padrino de uno de mis hijos.
Jorge:
Eso er lo que creo
Cele..
La verdad que arrojar ese ladrillo despedazado por el inodoro, es una verdadera picardia.
AHora yo pregunto: esta seguro que era yerba??? porque viniendo de Bolivia,que es donde tomaron el vuelo,se me hace que el ladrillo en vez de verde,era color blanco…,y tambien debo decir,QUE PICARDIA!!!!!!!!!!!!!!
Un abrazo barilochense.
Deiv:
Fué una picardía, es cierto, pero quien se animaba a bajarlo
Hola Celestino,queria preguntarte si sabes si Robertone guarde algunos viejos recitales de grupos de la epoca de los 70s como pappo,vox dei,manal..etc…desde ya te agradezco de antemano.¡saludos!
Edgardo:
Grabacioners creo que es seguro que tenga. Videos no.
Como podemos contactar a Robertone??