Venganza de mujer.(1)

16Abr10

He escuchado muchas veces  historias de venganzas.

Tanto hombres como mejeres cuando llega el momento, son capaces de sacar lo peor de si para una venganza ejemplar.

Las hay de todo tipo, pero esta es una bastante graciosa, que ni siquiera enfureció al sujeto, sino por lo contrario tuvo que felicitar a la vengadora.

Nuevamente a mi amigo lo llamaremos Alejandro, como en « Un amigo en su trampa peligrosa». La elección de este nombre se debe a que no tengo ningún amigo con ese nombre, correcto.

Bien. Lo concreto es que Alejandro se estaba por casar y en los últimos días que le quedaban de soltería, decidió tratar de hacer una recorrida vaginal con todas las amigas  con las que se había encamado en los úiltimos años.

Tomó si vieja agenda de teléfonos, la de las trampas y comenzó su periplo de despedida de soltero.

Una que se había casado. Otra que lo mando al carajo. Alguna transó y otras fueron un fraude.

Hasta que llegó a Marta.

Marta, madre mía, que mina, que gomas. Que todo.

Las salidas con Marta siempre habían terminado en horizontal y decir  satisfactoriamente bien, era quedarse corto.

Ella vivía en Florida. Aqui nomás a pocas cuadras de la Capital.

La conoció cerca de su comercio y en poco rato todo había sido erótico y perfecto.

La mina en cuestión tenía novio, pero era una relación un poco particular.

El tipo era pastor evangélico y no pretendía fifar hasta que se realizara la boda. ( sí, aunque Uds no lo crean es la pura verdad)

Pero Martita no podía esperar tanto y sus hormonas bailaban al unísono como sus tetas.

La relación duró un par de años, hasta que la novia de Alejandro comenzó a sospechar y como la cosa iba en serio mi amigo desapareció de los parajes de Marta sin sigilo y haciéndosa negar ante cualquier llamada de la ninfa. En definitiva la colgó y mal.

Con algo de recelo tomó el Teléfono (a disco por supuesto y color negro) y poniendo su mejor voz  y con algo de aire arrepentido la llamó

__ Con Marta Q.. Por favor

__Si ella habla, quien es.

__ Ejem.. Soy Alejandro, te acordás, el que tenía el Peugeot azul

__Hola mi amor como estas__ dijo ella sin recriminaciones de ningún tipo

__Bueno, que se yo.  Se me ocurrió llamarte  a ver como estás

__Bien, Bien, porque no venís a saludarme__ dijo ella sin inmutarse.

__A que bueno, que te parece si paso esta noche.

__Listo te espero en casa

Se acordó de ese living donde había tenido experiencias fabulossas, de parado,  sentado en el sofá y encima con la adrenalina chorreando por las orejas por el miedo que bajara alguno de los padres de Martita.

Hasta tuvo un principio de erección anticipada

Por la noche, después de cenar de su novia como todos los días, se retiró mas temprano por tener que encontrarse con los amigo en el bar.

Agarró panamericana hasta la salida de  San Martin y allí en pocas cuadres directo a los brazos de su codiciadas  tetas. Aclaro que le erección ya era mas importante

Tocó timbre como siempre lo había hecho y

__ Ud es Alejandro, encantado, soy el esposo de Marta_-dijo el tipo con toda la facha de pastor evangélico.

__Encantado__dijo mi amigo estrechando su mano .

__Pase, pase, está en su casa. Adelante.

Cuando entró al living, en ese sillón de sus recuerdos, está Marta, con una panza de nueve meses, sudado por los cuatro costados porque hacía un calor infernal, y con una sonrisa de oreja a oreja.

__Mi amor prepará unos cafés, por favor__dijo ella.

Mi amigo sonreía también y la felicitó por su pronta maternidad, pero en el fondo quería huir.

Ella con picardía y manejo de la situación le dice.

__Fuimos compañeros de la Facultad, estamos.

Tomó el cafe con la pareja feliz, se despidió, subió a su Peugeot 403 azul y a las pocas cuadras tiró los forros por la ventana

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Etiquetas: mujeres despechadas, venganza