Universidad de Garchford. Amor y lujuria en los 60. (parte segunda)

08Oct09

Y DESPUÉS DEL LEVANTE QUE?

Ir acomodando las cosas llevaba su tiempo, no era como ahora. Transar llegaba después de varios días de manito e inocencia.

El arte era ir tanteando a la preciosura elegida y permitir que ella también lo haga.

Llegar a una teta no era imposible pero se hacía cuesta arriba. Aveces tardaba mas de lo esperado. En fin el secreto era tener ductilidad.

Los problemas empezaban cuando se avivaba la vieja. El viejo casi nunca se enteraba porque estaba en su trabajo, pero la vieja turra estaba al acecho siempre.

Un detalle importante era no franelear en los últimos minutos (cosa fifícil), porque la vieja la veía entrar a la nena medio acalorada y se avivaba inmediatamente. ( si sabría la vieja de acaloramientos y franela)

Allí comenzaba la marcación de la progenitora y la indagación de quién era el degenerado que se apretaba a la nena.

Por lo tanto llegaba el momento de mostrarse. Muy jododo amigos, muy jodido ( recuerden Occo con la nenna)

Estar bien peinado, pelo corto y con aspecto de caballerito era muy importante. Pero igual la vieja era tu enemiga.

Ese era el momento que comenzaba a prevenir a la pendeja de los peligros que tenía la relación

__Mirá nena que pájaro que comió voló.

__A mi no me vengas con un disgusto trayendo un «regalito» oiste

etc.etc.

Este tema se agravaba si la susodicha tenía un hermano. Que cagada eran los hermanos por dios. Si era menor lo enviaban a espiarte, si era mayor que ella seguro te quería cagar a trompadas. Sería por ese viejo dicho » a mi hermana no la toca nadie».

Cuando tenías que salir, simpre de día, no había lugar para curtir en paz. Las plazas tenían cuidadores, ir a Palermo era impensado. Muy jodido amigos, muy jodido

Un par de meses mas adelante comenzabas a hacer zaguán. Allí era otra cosa. De las tetas te mandabas para abajo.

Tranquilo, sin apuro, casi naturalmente. Llevaba tiempo y y esfuerzo. Había que estar atento  permanentemente de los ruidos de las puertas y de la casa. Tenías que conocerlos sin vacilación.

tocada de culo

Si vivía en casa de departamentos la escalera estaba buena, pero, cuando alguien entraba a la casa se prendían todas las luces y te cagabas de susto y nunca faltaba una vecina/o que saliera a comprar algo y bajara por la escalera.

Uno de los problemas era que la vieja la hacía ir a franelear con pantalones. Que gruesos eran los jeans de esa época, carajo.

La vieja sabía que con polleras se hacía todo mas fácil. Si era algo larga para nosotros mejor, así la sostenías con los dientes.  Uds. me diran que asi no la podías besar, y que te importaba si lograbas meter mano.

Los ánimos se iban caldeando y las hormonas bailaban al compás de la música mas movediza y estridente.

Se acercaba el momento de la verdad.

Mañana la tercera y última parte



4 Responses to “Universidad de Garchford. Amor y lujuria en los 60. (parte segunda)”

  1. 1 Leo

    GENIO! GENIO! Siga deleitándonos con su sabiduría!

  2. nooooooooo jodidisimo, ahora no cambio tanto la cosa, pero las pendejas pueden salir mas cuando quieren y algunas estan mas retobadas

  3. Leo:
    Gracias por tue exagerados conceptos, pero sirven para el ego.
    Ramza:
    Jodido mi amigo ramza. muy jodido

  4. Que jodido era todo esto en su época Celestino… Era todo un procedimiento 😛

    Saludos!


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