Los 100 años de mi viejo.
En realidad mi viejo murió hace unos cuantos años, pero me acordé que este 20 de abril cumpliría 100 años.
El viejo fué un tipo ejemplar en muchos aspectos. Bastante serio sin exagerar, buen tipo, noble, fiel y sobre todo derecho, muy derecho.
No te podía mentir jamás, y si lo hacía se le notaba.
Nació en Italia en Brescia, en el Norte, cerca del lado Di Garda, en 1914, con la primera guerra. Llegó a la Argentina en el 1924, con muy pocos recursos y estudió mucho, pero mucho.
En un par de años dominaba el español y era abanderado, un secundario brillante e hizo su carrera de medicina sin mas libros que el Testud de Anatomía (4 tomos). El resto en bibliotecas ya que no había guita para libros.
Se recibió, hizo el doctorado y se casó con mi vieja.
Fué lo suficientemente exitoso en su profesión como para que todo el mundo lo quisiera y a nosotros no nos faltara nada.
Era el típico «medico de barrio». Al consula llegaban todos los días mas de 40 o 50 personas, de las cuales solo pagaban las que podían hacerlo.
Como cirujano, pasó a cuchillo a medio barrio de Colegiales, y se mantuvo atendiendo el consultorio hasta los 83 pirulos.
Como padre fué tal vez demasiado recto, pero creo que eso no es un defecto.
Murió cuando ya no pudo atender mas a sus pacientes y se sintió inútil.
No ostentó cargos ni honores, nunca le gustaron, salvo la presidencia o algo así del club de su niñez Colegiales de la calle Teodoro García.
Desde practicante hasta que cuando jubilado lo rajaron, concurría todos los días al Hospital Italiano, ad honoren, por supuesto.
Dejó la Cátedra de Clínica Quirúrgica porque lo obligaban a filiarse al partido Peronista en la década del 50. No era gorila, o tal vez desde ese momento un poquito, pero no aceptaba la política insertada en la enseñanza. Además él no se vendía por un cargo.
Católico, pero sin fanatismo, mantuvo durante toda su vida la honestidad y la amistad.
Sus cenizas estan en una bóveda del cementerio de la Chacarita, lugar cedido por la familia de uno de sus pacientes. No me acuerdo el número, ni calle ni el lugar exacto, ni sé donde está la llave de dicha bóveda.
No tiene importancia para mi, ya que solo hago culto de su recuerdo y no a la vida después de la muerte.
Pero fué un muy buen tipo, eso si, lo recordaré siempre, y lo quise mucho.
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Qué hermoso recuerdo. Qué buen tipo y honesto habrá sido tu papá. Qué lindo encontrar este tipo de post. Mi abuelo también hubiera cumplido 100 el 29 de marzo. También italiano (Benevento, Nápoles), luchador, buena gente. Murió hace cinco años pero lo hubiera querido tener siempre, como a mi abuela.
Saludos, de corazón.
Y cuántas historias como ésas hicieron a este país grande, ¿no? Por supuesto, también viene a la memoria mi abuelo que se vino de Polonia escapando de la guerra, sin hablar una palabra en español y que a pesar de eso llegó a ser jefe de estación en los pagos de Guaminí.
Si bien él murió hace casi treinta años, me habría encantado tenerlo conmigo más tiempo, para poder aprovechar toda su sabiduría.
Flavia:
Gracias, de corazón.
Ivan:
Vos firme como siempre. Un abrazo
Arriba el polaco.
Linda historia, como la moyoria de los tanos y gallegos que vinieron a Argentina escapando de una Europa muy golpeada por la guerra.
Saludos
Palabras muy emociontes. Hermoso qus un hijo nos recuerde cin tanto amor. Maria Florencia
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